¿El honor del 78?

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¿Lo del debate de investidura fue un ataque al honor del 78? Defina honor. Defina 78. No se trata de ensalzar una Transición difícil, con sombras, con problemas pero sin sangre. Devolver la normalidad institucional a un país lastrada por 40 años de dictadura sobrevenida tras una horrible Guerra Civil tampoco era fácil. No había memoria democrática, ni costumbre, ni nada. Y se hizo de alguna manera. Se podía haber hecho mejor y se podía haber hecho peor. Pero de ahí a insultar a los diputados del Congreso actuales y de faltar al respeto a quienes dirigieron el rumbo de España entonces, hay una enorme distancia.

Que sí, que Fraga fue ministro de Franco y el rey fue designado por el Generalísimo. Pero es que en la época de Franco los demás políticos estaban exiliados, y la mayoría de los que tomaron las riendas fueros los políticos que se adaptaron al régimen anterior y a la democracia después. A ver si vamos a pensar que todos los que trabajaban en los 70’s en el entramado oficial franquista «eran» franquistas. Pues no. Muchos no lo eran y estaba esperando la muerte del dictador. Porque recordemos que nadie le derrocó. Murió de viejito. Eso sí, en democracia y en pleno Congreso, insultamos. Tierra de valientes.

Pero lo mejor no es eso. Lo mejor es lo bien que se nos da rizar el rizo para hacer mofa de la gente de bien. Resulta que Iglesias felicita a cualquier defensor de ETA que habla en el Congreso, precisamente aquellos con quienes hacen pactos de gobierno. Y un diputado de bien, en el fragor de la batalla parlamentaria, un hombre de Ciudadanos, les espeta en la cara «Estáis con los terroristas». Indignados, los podemitas, se lían a gritos, muy a su estilo, dentro del congreso, y a la salida su kaleborroka particular insulta a las diputadas de Ciudadanos que deciden salir por la puerta de siempre y no por la puerta de atrás. Los mismos podemitas 15emers aplaudidos por Errejón. Y aquí viene lo que nos define. Dice Errejón que José Manuel Villegas, el diputado de Ciudadanos, tendrá que retractarse porque «no vale todo». Los que apoyan a Rufián el faltón, exigen respeto. Tierra de rufianes.

No señores, no merecen ese respeto que no ofrecen, ni a los millones de españoles peperos, ni a los millones de españoles socialistas, ni a los votantes de Ciudadanos, ni a las víctimas de ETA, ni a la institución parlamentaria de la que cobran un sueldo. No defiendo la democracia, ni a ningún partido politico. No defiendo al sistema, por eso no voto. Pero las revoluciones acaban siempre con un «no era esto, no era esto» pronunciado desde el averno. Si hay que limpiar las instituciones, cambiar el sistema, reivindicar menos estado, acabar con la pobreza, adelante, hagámoslo. Pero no a insulto limpio, lanzando latas de cerveza, al más puro estilo vandálico de los hooligans. Lo de ayer fue pablismo en estado puro. Como el ataque a Rosa Díez, a Felipe González, como la invasión de Sol. Esta es su marca, la bronca callejera.

¿Pero de dónde viene todo esto? De su victoria. Quienes han dejado que las instituciones se arruinen y ensucien; quienes han permitido y cobijado a políticos locales, regionales y nacionales ladrones, mentirosos, deshonestos, trepas; los que no han dado la cara antes, son los que han facilitado el ascenso político de esta gentuza que ahora avergüenza al país cagándose en las instituciones desde un escaño. Y ninguno de ellos se hará esta reflexión. Como dijo Hernando: «Los españoles se han equivocado dos veces». Cualquier cosa menos aceptar los fallos propios.

No albergo ninguna esperanza de que el gobierno ni la oposición vaya a emprender medidas para limpiar las instituciones. Ni dentro de las mismas, ni desde los partidos políticos. Subirán impuestos, tratarán de cumplir con Europa y de evitar unas nuevas elecciones forzadas por el desgobierno.

Muy feo todo.

A lomos de la negación: Chávez vive.

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La negación es ese fenómeno psicológico salvífico que permite que los mayores horrores sobrevivan en las sociedades más avanzadas. Ese esa herramienta de la mente que nos permite vivir sabiendo que existe el mal, o la incertidumbre, o el dolor, el deterioro, las enfermedades. Bloquear la vista lateral y centrarse en lo que tiene uno delante. Y cuando más cerca mejor. No sea que veamos el horizonte y nos demos cuenta de que nos dirigimos a un acantilado. Mucho mejor mirar el paso corto, esquivar los charcos y los excrementos caninos, aunque nos aboquemos al abismo.

Y así nos llegan quienes ven cuestionada su financiación, pero cuya relación con Maduro y Chávez es pública y notoria. Porque, incluso si no han sido financiados ilegalmente, o si no han sido financiados en absoluto por el régimen tiránico de Venezuela, ir de colegueo, asesorarles, exhibirse con esos ejemplares de caciques de república bananera, expoliadores de un país rico y con potencial, es indecente y debería sonrojar a toda persona de bien.

Por el contrario, ahí tenemos al joven Garzón justificando lo que la ONU ha condenado como violación del derecho internacional por tortura, con la excusa de que Leopoldo López iba por ahí provocando golpes de Estado. Que es una manera de justificar tan tosca y rastrera como decir la la chica merecía ser violada porque llevaba una falda demasiado corta. Y claro, son todas unas guarras. Venezuela merece un tirano como Maduro, que viola el derecho internacional y es aplaudido por los anticonstitucionales españoles. Por ellos y por sus seguidores.

Porque, no contentos con las salidas de tono de Garzón, de los intentos de lanzar balones fuera de Pablo Iglesias, Errejón y su cuadrilla, ahora son los fan boys podemitas los que, al más puro estilo de macarra barato se cachondean cuando la prensa y los medios españoles dan cuenta del drama que está sucediendo en Venezuela. Comentarios acerca de la importancia que se da en los informativos al hambre y a las revueltas en Venezuela dan asco. Pero es preferible no hacerse eco, no mirar, y mejor todavía, mirar y reirse para que no nos señalen con el dedo, porque ese hambre no es culpa de «los malvados mercados» sino de tu colega, de ese al que asesoras. Y, estando en campaña electoral, no es conveniente que se divulguen esas noticias. Así que si tu amigo viola a una chica, es más fácil reirte de ella y decir que es una guarra que apartarte del bruto y condenarle públicamente. No hay coraje para salir mirando a cámara y decir: «Me parece fatal todo lo que está pasando«. Voy más allá. Imaginemos que, de verdad, estos políticos anticonstitucionales que se presentan como candidatos para regir nuestro destino y administrar nuestro dinero, creyeron en la llamada «revolución bolivariana». Entendería que, después de ver lo que ha pasado, dijeran: «Creí. Pero el objetivo no era éste. Retiro mi apoyo«. Sin embargo, el camino es el ya consabido esquema de negar, y cuando el drama es demasiado obvio, reirte de la víctima.

Bravo, valientes.

 

De la representación y la parodia.

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Esta semana me voy a permitir el lujo de discrepar. Y es un lujo porque se trata de amigos liberales argentinos como Alberto Medina o Gabriel Zanotti, y otros muchos que han expresado su opinión acerca del escrache protagonizado por  Carlos Zanini (político kirchnerista argentino) en un avión. La gente, de manera espontánea, comenzó a increparle de la peor manera. Alberto, Gabriel y mucho otros a quienes leo en Facebook, argumentan que es un acto cobarde que un grupo de 50 personas acose a insultos e increpe violentamente a una sola persona, en un lugar que (para mí) ya es de por sí asfixiante, como es un avión. Resumo las ideas principales: los problemas legales se disputan en la justicia, los problemas morales en el fuero íntimo, las opiniones siempre son respetables, pero este tipo de agresiones no tienen justificación; como no hay partidos políticos liberales en el Parlamento, se genera mucha frustración en la clase media porque no hay manera de combatir el socialismo en las urnas; que se critique todo lo que haga falta y la justicia cumpla su función. Sí a la condena social pero no al escrache y la violencia. La opinión que más me gusta y con la que estoy más en onda es la de Gustavo Lazzari, que copio de Facebook:

No me van los escraches. Me parecen una mariconada. Podemos intelectualizar y cacarear con lo de «condena social» y hartazgo y bla bla… Al rival se le gana en la cancha, con todas las armas. Seguro que los que joden a Zanini encerrado y solo en un avión van a un acto de la Cámpora y se hacen encima. Ni hablar si a los escrachadores le pedis $100 para una causa liberal o luchar contra la corrupción, para que bajen los impuestos y para demoler el sistema K. Salen zumbando como Máximo cuando se le rompe la play..

Así no, loco..

Vayamos a los debates y ganemos
Vayamos a las urnas y ganemos
Vayamos a la justicia con pruebas y metámoslo presos.

Todo lo demás es humo.

 

Mis dudas. En primer lugar, ¿por qué no hay partidos políticos liberales y los que hay no tienen representación parlamentaria? Yo ya le dediqué un capítulo en Las Tribus Liberales pero es un tema que da para mucho más.

Independientemente de eso, ¿existe de verdad una representación en este sistema político? Y no puedo por menos que traer el caso español a día de hoy. Los españoles que votaron (yo soy abstencionista recalcitrante*) eligieron al Partido Popular mayoritariamente, pero el resto de los partidos no le han consentido gobernar. El pacto de gobierno se ha hecho imposible, principalmente por la incompetencia de los mal llamados líderes políticos, que han jugado con el sistema (porque pueden) y han agotado la paciencia de los ciudadanos, a quienes ya nos da igual ocho que ochenta. Las declaraciones del encargado de formar gobierno por Felipe VI, el socialista Pedro Sánchez, el martes por la tarde, ofrecen un retrato bastante real de la infamia política de mi país. Y eso que no tenemos a la familia Kirchner. No me cabe duda de que no es un fenómeno español, en Argentina es igual o peor, y en otros países europeos probablemente también, pero mejor. No hay representación sino pantomima. No hay justicia independiente sino sesgada. No hay debate sino juego sucio. Y en esas condiciones, no hay tanto margen de actuación como mis amigos parecen transmitir. Y no justifico el escrache en el avión, posiblemente Gustavo tiene razón cuando afirma lo que afirma. Pero decirle a la gente «Tienes las urnas para ajustar cuentas y penalizar a los ladrones» es mentir. No sirven ya. Ni los tribunales sirven o no siempre. Precisamente de esta falla es de la que se nutre gente como Pablo Iglesias, el Chávez español. El cansancio hace mella y cuanto mayor es el hastío político, más fácil es unirse al «Por favor, ¡que venga el que sea menos esta gentuza!». Y ya tenemos a PODEMOS en el Parlamento.

Pero lo que más me ha gustado de la opinión de Gustavo Lazzari es «Todo lo demás es humo«. ¿Dónde nos deja esa frase tan certera a los liberales? ¿Perdemos los debates y las elecciones? ¿Emprendemos acciones judiciales contra los corruptos?

En otras palabras ¿Estamos fuera de la cancha?

 

 

 

 

* Soy abstencionista convencida. Estoy acostumbrada a que me dirijan todo tipo de insultos por ello, si se siente mejor, no dude en hacerlo. Mis principios me sustentan.