Decía Daniel Lacalle a Diego de la Cruz (*) en Tweeter respondiéndole a un comentario:
«Los tipos bajos y unicos nos han llevado al despilfarro y a «todo lo sostiene el papel». Tipo libre».
Pensando en ello, se me ocurrió plantear una pregunta tipo «trivial» sobre política y pregunté cómo se llama la política que nos ha llevado a la burbuja inmobiliaria. La respuesta era Papiroflexia. No todo el mundo lo entendió. Normalmente se dice que el papel lo aguanta todo porque uno puede escribir cualquier cosa y argumentarla con lógica y coherencia y queda muy bien, pero luego la realidad tira tus planes y previsiones por tierra. Eso explica que los políticos sean capaces de elaborar grandes planes que jamás salen a pesar de contar entre sus filas con reputados expertos, fantásticos técnicos e incluso gente de bien.
Pero mi pregunta y mi respuesta se refieren a otra cosa. Cuando se promulgó la ley del suelo (era de Aznar) nadie se extrañó de que los tipos de interés estuvieran tan bajos, de hecho una cosa llevaba a la otra. Para que los bancos se dedicaran a financiar proyectos inmobiliarios, el coste tenía que ser bajo para que la gente estuviera dispuesta a tomar prestado hasta para la comunión de la niña o las vacaciones a Euro Disney, y a los bancos les tenía que merecer la pena también prestar a cuanta más gente mejor. Entre los bajos tipos de interés y esa errónea idea de que «los precios de la vivienda nunca caen», se creo una burbuja. Se llama así porque los precios de la vivienda estaban «inflados», es decir, como había muchas casas, el valor de cada casa era mucho menor de lo que el precio indicaba. Para los promotores parecía un negocio tan redondo que seguían invirtiendo; para los compradores (muchos de los cuales pensaban en alquilar o revender), también lo era porque se esperaba que el precio siguiera subiendo, y para los políticos… para los políticos aquello era jauja: crecimiento económico, desempleo muy bajo, actividad bancaria y financiera, superávit… ¡jauja!
¿Que estaba sucediendo en realidad? Que «el papel (monetario) lo aguantaba todo», es decir, la actividad económica tan frenética no se debía a que estábamos produciendo bienes que valían lo que marcaba el precio, sino que producíamos bienes que valían mucho menos. Era una actividad sostenida por la pura especulación desatada por los bajos tipos de interés, no por activos reales de un valor equivalente.
El resto de la historia es por todos conocida. Cuando llega la crisis financiera a España, los bancos (en especial las cajas) tienen en sus «cofres» hipotecas de casas sobrevaloradas, es decir, tienen pompas de jabón… que al deshacerse solamente dejan un rastro de agua jabonosa… y se vienen abajo. ¿Por qué el dinero de todos debe solucionar un tema creado por la intervención de VARIOS gobiernos, de la manipulación de tipos de interés y de gente imprudente que se dejó vender la moto?
Un, dos, tres… responda otra vez.
(*) Diego de la Cruz NO SOSTIENE que el papel lo aguanta todo. Es una gran persona.