El viernes 9 de julio, en la tertulia política de Es La Noche de César, propios y extraños me recriminaron haber utilizado datos poco fiables acerca de los gastos que la visita real a la final del Mundial de Sudáfrica iba a suponer. Cierto que me expresé fatal, porque al decir que lo había leído en el blog de Anasagasti, dio la impresión de que le adjudicaba a él la paternidad de los datos. Y el caso es que sí lo leí ahí, pero Anasagasti repicaba una entrada de Íñigo Landa en su blog.
Le escribí a Landa pidiéndole explicaciones y aunque no me dice cuáles son sus fuentes exactamente, me responde esto:
En efecto, Sofía y su cohorte viajaron en un Airbus (concretamente en un A-310 de 2 motores turbofun ge-cf6-80c2a2, dedicado por el 45º Grupo de la Fuerza Aérea española a lo que denominan «transporte VIP»).
Hízo el primer viaje a la semifinal contra Alemania y volvió con él a la final contra Holanda. Cierto es también que, «in itinere» realizó cierto viaje a Estocolmo a cierta boda «real».
Bien, el avión no lo puso el Consejo de Deportes (dependiente del Ministerio de Cultura) sino el Ministerio de Defensa.
Ya tenemos 156.000 euros de avión.
El servicio de seguridad de la familia real desplazó a 35 agentes adscritos al CPN, Guardia Civil o Guardia Real. Los últimos cobran de Defensa y los primeros, de Interior. Se trataría de 3 turnos de 10 personas más 5 de refuerzo puntual o «corre-turno».
Su sueldo se refleja en su nómina pero, los pluses por este servicio, más dietas de manutención ascienden a 243 euros por día (sin contar estancia).
243 x 35 = 8.505 euros, que multiplicados por 6 días nos arroja el resultado de 51.030 euros.
Llevamos 207.030 euros, pero vamos a «redondear» en 210.000.
Alojamiento en el hotel a razón de 450 euros media de 60 personas día (incluyendo a Sofía, infantes, familiares, seguridad y séquito por una media de 5 días) = 135.000.
Llevamos 345.000 euros a los que les vamos a sumar una manutención diaria (3 comidas) a razón de 200 euros por persona (60.000 euros). Y, ahí, me puedo quedar corto ya que «invitaban» a muchas personas más pero, teniendo en cuenta que debo restar la cena de la recepción oficial por parte del Gobierno de Sudáfrica y la comida organizada por la FIFA, puede quedarse así…
Vamos por 405.000 euros si no me engaña la calculadora. La embajada de España organiza una recepción pero los regalos, el aperitivo y la cena (que corren a cargo de Exteriores) me los cifran en unos 100.000 euros, que, tampoco es tanto habida cuenta de los más de 300 invitados, no lleva a un subtotal aproximado de 505.000 euros.
El transporte, en parte, corría por cuenta de la Organización pero el Cuerpo Diplomático puso a disposición de tan insignes invitados una serie de Audis blindados a estrenar. Voy a dar por sentado que se pueda deber a una campaña de «prestigio» de la citada marca automovilística, así que ya… no sumo más porque ya me he pasado de mi «generosa» estimación de medio millón de euros que, podrían ser 600.000 tranquilamente.
Al fin y al cabo, sería la cantidad que va a percibir cada miembro de «la roja» por ganar el Mundial. Y ello, en un Estado en el que nos piden que nos apretemos el cinturón por aquéllo de la recesión económica (que, desde el Gobierno, tardaron 43 días en llamarla por su nombre: Crisis)
Se le podrá matizar aquí o allí, se podrá seguir preguntando de dónde saca ese dato, pero da la sensación de que sabe lo que dice y, tal vez, no puede dar sus fuentes.
Que denunciar el excesivo gasto de quien sea, la Corona, el gobierno, el alcalde de mi pueblo, o cualquier cargo público a costa de mi esfuerzo, sea suficiente para que a una le tachen de parecer una tertuliana de La Noria dice mucho del sesgo de este país. Si yo fuera monáquica le exigiría a mis monarcas que ajustaran su presupuesto como a mí me exigen que lo ajuste. Yo solamente pido que quien esté dispuesto s sufragar este tipo de gastos porque le parece bien, porque cree que da prestigio a España o por lo que sea, que lo haga… pero que no nos obligue al resto a apoquinar también.
Cierto es también que, “in itinere” realizó cierto viaje a Estocolmo a cierta boda “real”.
¿Qué tiene que ver esto? La boda que cita fue sobre el 19 de junio. Un poco lejos del mundial, ¿no?
Yo creo que lo dice porque fue el avión que utilizó la Reina (o los Príncipes, no lo tengo claro) para ir a la boda. Es decir, que primero fueron a la boda y después a ver el fútbol. Es gratuito que cite la boda, aunque se armó revuelo precisamente porque fueron en tres aviones, que ya se podían haber puesto de acuerdo.
Querida María Godiva,
aquel día, algunos te entendimos muy bien y a la primera. En mi modesta opinión, creo que más que una flaqueza argumentaria hubo una exaltación prematura que se vio detonada por la palabra »Anasagasti». Lo más grave fue lo de tertuliana de La Noria…
Yo, que detesto el fútbol, o que al menos me es indiferente, he tenido que aguantar críticas de lo más variopintas durante este mundial, aguantarlas ha sido lo que yo he tenido que pagar. Sin embargo, si me hubiera tocado pagar un viaje fastuoso a cualquier chupasangres me hubiera gustado bastante poco.
En cualquiera de los casos, perfecto que se explique un malentendido que no acabó con justo vencedor.
Gracias Lulú. Te he editado una errata apasionadaa 🙂
Muy bien, Maria, lo haces estupendamente como tertuliana. Te admiro.
¿Por qué tiene que haber políticos en el palco de los eventos deportivos internacionales? Ellos dicen que van para representar al pueblo español, pero, ¿eso no lo hacen ya los deportistas? Todo el mundo sabe que no es más que otra excusa para viajar, alojarse en hoteles de cinco estrellas y comer en restaurantes de lujo con el dinero de los ciudadanos.Y lo mismo podría decirse de la feria de Shangai u otras cuchipandas culturales.
Todos estamos hartos de pagarles la gran vida, pero ¿cómo podemos impedirlo? Si no pago los impuestos me embargan la cuenta bancaria. Pasearme a caballo en bolas me gustaría, pero no sería eficaz hoy en día.