
La cosa tiene bemoles porque la subjetividad es doble: uno se siente ofendido, pero además el daño es a su dignidad o en su amor propio, que también es subjetivo. Así, no se sentirá nunca ofendido quien no tenga mucho amor propio o tenga un sentido particular de su dignidad. Eso suena regular, porque parece que se tacha de tener poca dignidad a quien no se siente ofendido, o a quien no se da por ofendido. Sin embargo, es al revés. El que está seguro de sí mismo y se tiene en alto concepto, no admite ser herido en su orgullo más que por un igual, y considera despreciable ofensas (o intentos) de cualquiera que venga a fastidiar.
La segunda parte de la definición es más claro: poner a alguien en evidencia con palabras o hechos. Es decir, ridiculizar, exponer al menosprecio o a la burla del grupo a alguien con o sin justificación.
El mundo de la publicidad está lleno de ridiculizaciones: gorditos, feos, empollones, frikis, flacuchos, gafotas, marujas, horteras… cualquiera está expuesto a salir en un anuncio y ser ridiculizado para que la marca de pastelitos venda más, o de chicles, de colonias, de detergentes para lavadoras, coches…
Esta reflexión viene a cuento por la noticia de esta semana según la cual Nike y Mars han retirado sendos anuncios porque ofendían a los gays. En el caso de las barritas Snickers, aparecía M.A. Baracus (del Equipo A) disparando a un deportista «caracterizado como homosexual» mientras le gritaba que era «una desgracia para la humanidad» y que le «iba a enseñar a correr como un hombre». Sinceramente, un anuncio de pésimo gusto.
Lo que me llama la atención es que ya todos sabemos que hay gays musculosos, debiluchos, militares, pacifistas, gordos, flacos, blancos y negros… ¿se caracteriza a alguien como gay simplemente por ser debilucho y correr con amaneramiento? Hay bastante cursi amanerado a la par que hetero. El anuncio es muy malo en general y además porque saca el estereotipo caduco. Pero ¿no han protestado los colectivos de gordos, o los colectivos de negros por caricaturizarlos como perseguidores de gays? ¿y los colectivos de gays gordos, negros, no han protestado?

Y ¿es homofobia IMPLACABLE?
Me gusta sobre todo la conclusión:
La homofobia es un error de la inteligencia que tiene su base en el miedo al que es distinto. Como todo prejuicio, se basa en la etiquetación de una persona como parte de un grupo. Pero no existe una única forma de ser gay, igual que no existe una forma única de ser milanés o veinteañero. Cada persona es distinta. Dejar de ver la persona como individo para ver sólo la persona como parte de un grupo es el origen de los prejuicios sobre «las mujeres», «los catalanes» o «los gays». Aceptar a los demás como son y aprender de todos es la forma de disfrutar y aprender de la enorme diversidad de la humanidad.
Estoy de acuerdo. Pero, volviendo al caso de los anuncios, ¿qué hacemos con los que no saben aceptar, ni están dispuestos a aprender de la diversidad? ¿les toleramos?¿cómo defenderse de la ridiculización se sea gay, mujer, católico, moro, retrógrado, progre o lo que sea?
En el caso de los anuncios, es fácil: boicotee a Nike, boicotee a Mars… pero esos mensajes que se lanzan abanderando colectivos, no ayudan a ver al gay, a la mujer, alcatólico, al moro, retrógrado, progre, etc. como individuos sin etiquetar. Al revés. Creo que son contraproducentes y que, tal vez, habría que pensar en una defensa más imaginativa. Yo, en concreto, elijo el desprecio de no hacer aprecio. El tiempo pone a cada cual en sus sitio.