¿Qué ha sido esta vez? Pues nada… declarar que porque una mujer diga que ha sido maltratada no hay que postrarse de rodillas a sus pies y que si la élite quiere imponer la palabra miembra que lo vaya olvidando. Y a mi que me enseñaron que genuflexiones sólo ante Dios, de momento me parece bien eso de no postrarse ante nadie.
Y claro, en cero-coma-nada se han lanzado las de la plataforma pro-hembra a despellejar a este señor. ¡Como si no tuviera él años y años de despellejar y dejarse quitar el pellejo en el mundo político!
Hay que recordar que éste es el mismo Alfonso Guerra que en el 2006 dijo refiriéndose a la «deriva nacionalista» de los socialistas de provincias:
«Salvando todas las distancias, algo parecido ocurrió en el momento de la disolución de la URSS, en el que los dirigentes comunistas, viendo que aquello se disolvía, se envolvieron en las banderas nacionalistas de las repúblicas en que vivirían para seguir manteniendo el poder. Algo de eso, aunque más sutilmente, está sucediendo en España»
Con dos narices, acusaba a sus compañeros de querer mantener el poder, como si él estuviera por encima del bien y del mal. Con la misma cachaza con la que ha desplantado el feminismo fuera de órbita de Aída.
Sin duda, Guerra echa de menos la primera etapa socialista, cuando llevarse a su chica a parir a Italia con cargo a presupuesto público, o colocar al hermano de uno era la rutina. Tiempos en los que acusaba a IU de pactar con los mismos que condenaban a muerte a sus familiares, refiriéndose al Partido Popular.
Recuerdo las letras de Antonio Burgos dedicadas a la dimisión de Guerra de la vicepresidencia:
Eso era trincar con clase, y no como ahora, provincianos separatistas y niñatas venidas a más, panda de ordinarios…. Menos mal que tenemos a Guerra dejando claro que en el socialismo… ¡aún hay clases!
No me resisto a incluir este artículo sobre las declaraciones de Guerra cuando clamaba prudencia ante el inminente Congreso del PSOE:
Para Guerra, el desarrollo del último Comité Federal, «en el que hubo gente jaleando posiciones de intransigencia, me parece un mal augurio». Reconoce su escaso optimismo respecto al resultado del próximo Congreso, y asegura que, pese a todo, trabajará para «elaborar un proyecto útil para todos y que permita el protagonismo compartido de todos».
Lo del PP, efectivamente, es un dejà-vu.